Hablemos de ese mito de la “super mujer” que muchas veces nos empeñamos en encarnar. Esa idea de que para ser exitosas debemos ser expertas en todas las áreas de nuestra vida: profesionales, empresarias, esposas perfectas y madres ejemplares.
Hace poco regresé de un retiro con un grupo de mujeres y fue revelador reafirmar cómo para poder estar bien para los demás, debemos empezar por nosotras mismas. El empoderamiento femenino no significa cumplir con todos los roles, sino tener el poder de elegir qué roles queremos desempeñar y cómo hacerlo de la mejor manera posible. Porque ser madre y tener un emprendimiento exitoso es todo un desafío, y necesitamos reconocer que no podemos hacerlo solas.
Detrás de cada mujer exitosa, hay un equipo de apoyo. Ya sea en casa, con una pareja consciente que comparta no solo las responsabilidades del hogar y el cuidado de los hijos, sino que comparta nuestros sueños y sean impulsores del mismo; o en el trabajo, rodeándonos de mentores y colegas que te impulsen hacia adelante.
No hay una única fórmula para el éxito, y está bien pedir ayuda cuando la necesitamos. Te invito a hacer esta reflexión: ¿cómo puedes formar un buen grupo de apoyo con tu familia y amigos para alcanzar el bienestar personal y profesional? Parte por el hecho de compartir tus sueños con tus círculos cercanos, pero también tus miedos; revisa las fortalezas y debilidades y articula tu equipo propulsor a tu favor con determinación y alegría.