Pareciera irrelevante pensar que, en momentos de incertidumbre, las palabras que utilizamos adquieren un significado aún más profundo. Cada expresión, cada declaración, puede influir en nuestra mentalidad y, en última instancia, en nuestra capacidad para encontrar nuevos caminos o comienzos.
El pensamiento de posibilidad trasciende la simple positividad, es una fuerza impulsora capaz de desencadenar cambios significativos. Al adoptar una actitud optimista, no estamos ignorando los desafíos; estamos eligiendo enfrentarlos con valentía y determinación. La elección de nuestras palabras no solo refleja nuestra realidad actual, sino que también puede ser una fuerza impulsora para cambiarla, adoptando un lenguaje que active la creatividad y la exploración de nuevas soluciones desde diferentes perspectivas.
Manteniéndonos en un estado activo de creatividad, escapamos de las rutas convencionales al considerar posibilidades que no están inmediatamente evidentes. En nuestra comunicación diaria, fomentemos palabras que nos evoquen la gratitud; convirtamos el no puedo o está difícil por preguntas abiertas: ¿cómo puedo? Activemos este sencillo ejercicio en nuestras conversaciones con otros para alentar la creatividad, la exploración y el entendimiento. Así que atrévete a profundizar en los temas diciendo: ¡cuéntame más!, ¿cómo lo harías? ¿qué resultados tuviste? ¿qué aprendiste? Pensemos como principiantes y ¡pasemos a la acción!
Concluyo esta serie de columnas que enfatizan la importancia de centrarse en las posibilidades, invitando a ser más conscientes del uso de las palabras, que tienen la capacidad de construir realidades y ser una herramienta para sostenerse en el mercado, eligiendo un lenguaje que motive y promueva cambios positivos. Transformemos palabras en acciones y construyamos un futuro lleno de oportunidades.