Clientes felices y platos hechos con amor que siempre hagan querer regresar: ese ha sido el propósito de esta empresaria que hace veinte años abrió las puertas del Restaurante La Guayaba y descubrió junto a Interactuar sus retos y posibilidades como líder.
Llegar a La Guayaba es sentirse, inmediatamente, como en casa. Sus instalaciones tienen ese ‘no sé qué’ que cautiva los sentidos e invita a pasar, quedarse, disfrutar y volver. Entre meseros y comensales, una figura amable y de bajo perfil recorre el restaurante asegurando que cada detalle funcione a la perfección: es Angélica, la mujer que hace dos décadas empezó a sazonar el sueño de una gastronomía deliciosa y tradicional.
Como siempre le gustó cocinar, empezó vendiendo empanadas, pasteles y buñuelos con su esposo en un carrito que ubicaban en una de las calles del barrio Guayabal en Medellín. Ella se levantaba a las cinco de la mañana para preparar los alimentos y tenerlos a punto para sus clientes.
Fue tal el éxito, que pronto empezaron a pedirle desayunos y almuerzos, y fue ahí cuando vio su gran reto y oportunidad. Dejó el carrito de comidas rápidas y se pasó a un pequeño garaje en el que cabían veinte o treinta personas. Hoy, en ese mismo lugar y después de varias reformas, funciona el Restaurante – Bar La Guayaba, un sueño familiar que se hizo realidad y que hoy alberga hasta 140 personas para disfrutar “momentos, aromas y sabores inolvidables”.
Una mujer para la que todo es posible
Angélica es esposa, madre y empresaria. Y aunque tiene a su lado un equipo de trabajo comprometido, a veces siente que el tiempo no le alcanza para asumir cada uno de sus roles. No obstante, está segura de que cada minuto que le dedica a La Guayaba vale la pena y se ve reflejado en la sonrisa de sus clientes al probar un plato durante el día o compartir algún trago por la noche. “Lo que más me motiva es ver al cliente feliz, que se vaya satisfecho”, dice convencida.
Esta empresaria se ha preocupado por ser la mejor líder para su equipo, por eso su meta siempre está puesta en aprender. Hace un tiempo, uno de sus amigos cercanos vio el potencial del restaurante y le presentó a Interactuar, motivándola a ella y a su esposo a tomar nuestros cursos para fortalecer sus capacidades. Angélica decidió inscribirse en nuestro programa académico Gestiona tu Gente y hoy ve los resultados: aprendió la importancia de delegar funciones a los integrantes de su equipo y descubrió nuevos horizontes para su negocio a los que ya le está apostando.
Con la experiencia en nuestro programa, Angélica cuenta que pudo “abrir la mente” y organizar tanto el personal, como los procesos que se llevan a cabo día a día, logrando un mejor desempeño en la cocina, las ventas y las tareas administrativas. En Gestiona tu Gente encontró el apoyo de todos los consultores e incluso hoy sigue recibiendo acompañamiento para mejorar su trabajo y el de todo su equipo. “Me motivó mucho, aprendí demasiado. Esa parte humana de Interactuar me encanta”, afirma la empresaria que continuará su formación en Interactuar el próximo año, con el Método Base de Aceleracion -MBA- para inyectarle más fórmulas de conocimiento a su empresa.
Soñar, la clave para crecer
La Guayaba tiene magia y se resume en amor y calidad, dos ingredientes que nunca faltan en los más de 40 platos que hoy componen el menú. Angélica es una mujer que no para de soñar y que encuentra los caminos para hacerlo posible, construyendo, más que un equipo, una familia: eso es lo que son los 23 colaboradores de La Guayaba.
Su fórmula secreta es sencilla y la resume así: “Ante todo, hacer las cosas con amor, no solo para uno mismo sino para los demás”.